“Pero como insistían en preguntarle, Jesús se enderezó y les dijo: ‘El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en tirarle una piedra.’”

Juan 8:7

¿Alguna vez le han dado una segunda oportunidad cuando hizo algo mal? ¿Y si le hubieran negado esa oportunidad cuando pidió perdón?

Uno de nuestros beneficiarios me mostró que todos necesitamos al menos una segunda oportunidad. No siempre actuamos de la mejor manera o como nuestros padres quieren que actuemos, pero las segundas oportunidades nos dan la oportunidad de volver aún más fuertes.

Irma es una joven de 18 años de nuestro programa de becas que quedó embarazada. Cuando su madre me contó lo de su embarazo, me sentí muy triste, decepcionada e incluso enfadada. ¡No podía creerlo!  International Samaritan le había dado todo para que pudiera seguir estudiando, pero nuestra política es que el embarazo es motivo de expulsión del programa de becas. Irma lo sabía. ¿Cómo podía poner en peligro su educación? Permanecer en la escuela es doblemente difícil para una madre, ¡y mucho más sin la ayuda de una beca!

Su madre me contó esta situación con sentimientos encontrados. Por un lado, estaba triste porque una madre siempre sueña con que sus hijos estudien primero, se gradúen, se enamoren, se casen y, finalmente, formen una familia con hijos. Pero, por otro lado, estaba feliz de tener un nieto. Un hijo, en cualquier circunstancia, siempre será una bendición de Dios.

Me dirigí al equipo internacional de International Samaritan en busca de orientación. Juntos, decidimos mantener cierto nivel de apoyo a Irma, aunque no fuera una beca completa. Mis compañeros también me aconsejaron que perdonara. Me dijeron: “Busca una oportunidad para esta chica en la que podamos ayudarla tanto a ella como a su bebé a tener una vida mejor”. Entonces me dije: “¿Por qué enfadarme si mi misión es siempre buscar soluciones o nuevas oportunidades para quienes lo necesitan?”. Volví mi atención a perdonar y ayudar a Irma para que ella y su hijo pudieran tener ese futuro brillante.

Irma se disculpó y estaba decidida a terminar su educación. Creamos un plan que le permite continuar sus estudios en línea. A pesar de su decepción, la madre de Irma apoya totalmente su plan de permanecer en la escuela, está dispuesta a cuidar al bebé mientras Irma estudia y ha apoyado a su hija con amor y gracia durante todo su embarazo.

Permítame decirle que usted, como donante, como compañero de equipo o como voluntario, también ha caminado de la mano para apoyar a Irma simplemente formando parte de International Samaritan. Juntos, le hemos dado la oportunidad de continuar sus estudios a pesar de las circunstancias imprevistas, ¡y menos mal que lo hemos hecho! Irma continúa sus estudios aún más motivada que antes de quedarse embarazada. Nos dijo: “Haré todo lo posible para graduarme y hacer que todos se sientan orgullosos de mis logros”.

Todo el mundo comete errores con consecuencias imprevistas, especialmente los niños, pero lo que las personas pueden lograr con un poco de comprensión y perdón es realmente extraordinario. Estoy muy orgullosa de Irma y de todo lo que ya ha logrado con la segunda oportunidad que se le ha dado. Espero ver a la mujer, madre y samaritana que llegará a ser.

Debido al contenido sensible discutido en la reflexión de esta semana, hemos decidido eliminar el nombre del autor, el país de origen y cambiar los nombres de las personas en la historia para asegurarnos de que las personas mencionadas no sean fácilmente no identificadas.

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